miércoles, 11 de agosto de 2010

NET ART Y POLÍTICA: EL ACTIVISMO POLÍTICO Y ARTÍSTICO ( I )

INTRODUCCIÓN: LA DESOBEDIENCIA CIVIL ELECTRÓNICA

Los términos Desobediencia Civil Electrónica y Hacktivismo aparecieron en el año 1998. En octubre de ese año, el New York Times publicó un artículo en portada acerca del tema y desde entonces se han difundido numerosas noticias acerca de estos movimientos en diversos medios, normalmente más con un enfoque alarmista que otra cosa.

El término Desobediencia Civil Electrónica, fue establecido por el colectivo de artistas de varias especialidades, Critical Art Ensamble (http://www.critical-art.net/). Este grupo escribió en 1994 el libro “Electronic Disturbance”, y posteriormente otros como “Electronic Civil Disobedience”. En ellos, desarrollan sus ideas sobre cómo adecuar las experiencias de protesta al ámbito de la red. De acuerdo con el Critical Art Ensamble, el poder se ha trasladado de las calles a la red y por eso las protestas deben trasladarse también a este medio, utilizando los mismos métodos usados en la desobediencia civil tradicional, como las manifestaciones, ocupaciones de espacios públicos, y el boikot. En sus últimos trabajos manipulan semillas con compuestos no tóxicos (molecular invasión, 2002-04) y exploran los errores de la industria armamentística conjugando instalaciones, videos y performances (Marching Plague 2005-06).



Inicialmente los textos eran principalmente teóricos, pero en 1998 el colectivo Electronic Disturbance Theater (http://www.thing.net/~rdom/ecd/ecd.html) empezó a fomentar la idea de aplicar experiencias de Desobediencia Civil Electrónica en la red, dirigidas al gobierno mejicano. Para realizar esto invitó a artistas y activistas políticos a tomar parte en una acción simbólica en apoyo de los zapatistas. Para ello se creó el Floodnet, un software que envía constantemente ordenes de re-envío a los mails que se aplique. Aunque ciertos sectores vieron esto como un ataque anti-sistema, ellos lo defienden como una performance artística. Así logran saturar los servidores y los correos de sus víctimas.

Según Stefan Wray, acciones simbólicas como la desobediencia civil electrónica, y acciones más visibles como las de hacktivismo, pueden resumirse en la expresión “política de acción directa extraparlamentaria en la red”; definiendo “extraparlamentaria” como una política que está fundada en los principios del movimiento social. Wray propone una tipología que reúne los diversos activismos en la red: Activismo informatizado, Infoguerra de base, Desobediencia civil electrónica y actividad hacker politizada.

ACTIVISMO INFORMATIZADO

El arranque de esta modalidad de activismo se origina a mediados de los 80. El activismo informatizado, utiliza la arquitectura de Internet como medio de comunicación entre activistas que apoyan la comunicación, la discusión libre y el acceso gratuito y libre. Esta clase de activismo se sitúa entre los movimientos sociales y políticos, y la comunicación a través de ordenadores.

En 1986 surge una red llamada PeaceNet, que traspasando las fronteras internacionales puso es comunicación a activistas políticos. En esta época afloran y se incrementan redes de comunidades, sistemas de tablero electrónico BBS y listas de correo electrónico. Actualmente las comunicaciones a través del correo electrónico continúan siendo un significativo procedimiento de trabajo para que los colectivos diseminados por diferentes territorios se coordinen en la creación y permanencia de redes solidarias. Es, por ejemplo, la forma más común de comunicación en foros como Nettime (ya sin uso pero sus archivos se pueden visitar) y es usada para coordinar los movimientos anti-globalización. El patrón que sigue es el mailing- list y el tablón de anuncios donde cualquiera puede colgar sus noticias con posibilidad de añadir comentarios.

El activismo politizado, difiere de otros tipos de empleo de la red; éste la asume principalmente como un medio de comunicación entre diferentes organismos, asociaciones y particulares, y como un medio de difusión de actividades. Cualquier persona asume el rol de periodista en este sistema, produciéndose una horizontabilización del sujeto. Su actividad transcurre paralelamente a los grupos que aparecen a continuación, donde a demás de esta función de contra-información, también ven la red como un espacio de acción directa. El ejemplo más significativo de este medio de organización son los Blogs.

INFOGUERRA DE BASE

La discrepancia fundamental entre las expresiones de activismo informatizado y la infoguerra de base es el nivel de intensidad de su lucha. Además de la percepción de los colaboradores como una fuerza común. Esta expresión se refiere a una guerra verbal, de propaganda, siendo el primer paso para dejar atrás la idea de la red como meramente un medio de comunicación y pasar de la palabra al acto. La infoguerra de base, surge del deseo de estimular la acción y de la posibilidad de hacerlo a nivel planetario. El ejemplo más claro de este tipo de activismo es el de la infoguerra Zapatista.

A comienzos de los 90, se ideó una nueva tendencia militar, proclamando la guerra de la información y anunciando el infoterrorismo. Se plantearon teorías que argumentaran este punto de vista de la guerra de la información y bajo la bandera de RAND, Ronfeldt y Arquilla escribieron en 1993 el libro "Cyberwar is Coming!", donde se diferencia entre la guerra en la red y la ciberguerra; mientras que la primera, representa una guerra verbal y de propagada dentro de la red, la segunda se refiere a una guerra que depende de ordenadores y sistemas de comunicación. El concepto guerra de la información se ha expandido llegando incluso la esfera del arte electrónico, dedicando en septiembre de 1998 a este tema el festival de Ars Electronica.

El hecho más significativo de este tipo de activismo, lo encontramos en las redes de resistencia y solidaridad pro-Zapatista, favorecidas por partidarios de la comunidad internacional. Mediante el manejo de listas de correo, grupos de noticias, listas de debate y websites, se ha ido resolviendo esta lucha de palabras. Académicos, activistas y periodistas, convienen en alegar que, en gran medida los Zapatistas deben su supervivencia a esta “guerra de palabras”. El problema que tienen estos planteamientos es su uso por organizaciones contrarias en ideario político, como los neo-fascistas, que ya han aprendido estas nociones y las desarrollan de manera muy eficaz.

1 comentario:

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