viernes, 22 de abril de 2011

DESPUÉS DEL FIN DEL ARTE: LOS ESTUDIOS VISUALES Y LA TECNO-VANGUARDIA

INTRODUCCIÓN

Nadie duda ya de que los acontecimientos ocurridos en los años 50 y 60 dieron un vuelco a lo que se consideraba la historia del arte a la manera tradicional “Greenberiana”. Los “Happenings”, el Vídeo, el arte digital, las “Performances”, el “Instalacionismo” etc. hicieron que una tormenta sacudiera las rígidas conciencias institucionales. La continuidad de esos acontecimientos en el tiempo hace que no sean hechos aislados sino que se hayan convertido en una nueva forma de ser del arte. Entre estas continuidades prácticas, se instala, proveniente de la teoría, la tan manoseada “muerte o fin del arte” junto con las otras muertes o fines que hemos sufrido y aún de moda en la post-contemporaneidad, que hace que nos regocijemos con el hecho de ser capaces de terminar con algo que nosotros mismos hemos comenzado. Nos hemos deleitado finiquitando durante 40 años la ideología, la identidad del ser humano, la Filosofía, la historia e incluso el mundo real convertido en simulacro. Tal vez sea el surgir de la necesidad de re-inventarnos lo que nos lleve a esta aniquilación de cualquier forma de actividad tanto conceptual como práctica humana.

Los cambios sufridos en el arte en los primeros años de la post-modernidad fueron equiparables a otros hechos históricos hasta el punto de que la importancia de lo ocurrido hizo que las nuevas prácticas se comenzaran a ver con otros ojos. Se produjo el fin de una época y el comienzo de algo nuevo, prácticamente indescifrable e inabarcable en su totalidad, caracterizado por el prefijo “post-“ que asegura la muerte de aquello a lo que se aplica. Como explica Fredric Jameson, el prefijo “post-“ podría caracterizar por sí solo toda la post-modernidad. Hoy, ya con la distancia y la seguridad proporcionada por el paso de los años, al hablar de ese momento lo hacemos en una posición más cómoda aunque aún se pueden ver ciertos aspectos que no han sido explicados del todo y que dejan vías abiertas a posibles re-interpretaciones. Este “amaneramiento de la modernidad” como a veces me gusta llamarlo, no era nada más que la antesala de lo que nos esperaba con el cambio de siglo, donde todo se sigue embrollando aún más si cabe con la imposición de las nuevas tecnologías en todos los ámbitos de la sociedad. En este sentido, se hace necesario llegar a comprender la post-modernidad en su totalidad para alcanzar una visión más exacta de lo que nos deparó el fin de siglo.

En este contexto, a principios de los 80 emerge la teoría filosófica sobre el fin del arte llevada a cabo por Arthur Danto en su célebre libro-manifiesto que intenta explicar las dis-continuidades que se producen en dichas prácticas. Aunque los textos fundadores de esta teoría aparecieran en 1984, el mismo Danto explica que algo ocurrió en los años 60 que nadie fue capaz de explicar, ni él mismo, hasta veinte años después. Tal teoría ha sido una de las más influyentes de la post-modernidad en su intento de explicar qué ha ocurrido con el arte en los últimos decenios así como la supuesta imposibilidad de establecer una línea de futuro hacia donde se dirige. Por esto, creo que “Después del fin del arte: El arte contemporáneo y el linde de la historia” es el libro básico fundacional de una nueva forma de pensamiento y concepción del arte y su historia, conocida como “Estudios visuales”.

En los apartados que se siguen a continuación, voy a intentar explicar el núcleo de esta teoría como fundadora, aún inconscientemente, de los llamados “Estudios Visuales” en tanto que fin de una forma de narrativa y comienzo de otra diferente. Asimismo, trataré de establecer una línea de dis-continuidad dentro de una coherencia entre el final de la Vanguardia Modernista y el comienzo de la nueva Vanguardia Tecnológica Post-Moderna o “Tecno-Vanguardia”.

DANTO Y LOS ESTUDIOS VISUALES

No creo que sea nada original por mi parte explicar en qué medida o sentido la teoría del fin del arte de Arthur Danto es en sí misma fundadora de los conocidos y problemáticos “Estudios Visuales” en el sentido de que pone las bases para el “todo vale”, que él mismo explica y acota para que no dé pié a malentendidos, mediante la muerte del relato del arte. El motivo por el que me he decidido a tratar el tema es que no he visto ninguna referencia en textos teórico-críticos a esta fuente que funda un nuevo modo de ver y entender el arte.

Lo primero a destacar dentro de su discurso es que Danto plantea la cuestión desde la filosofía, dada su condición de filósofo. Esto da un rango de valor y autoridad a su tesis que posiblemente no tuviera si fuera planteada desde otra perspectiva. Es cuanto menos curioso que sea la filosofía la que comienza a hablar de un problema que aunque “surgió dentro del arte cuando los artistas insistieron, presionaron contra los límites después de los límites y descubrieron que estos cedían”,[1] define a esta como única posibilidad de solución dentro del ámbito artístico. Así, una vez que el arte ha llegado a su final como relato, el único campo de conocimiento que es capaz de implicarse en la búsqueda de respuestas sobre qué es arte es la filosofía, aunque el arte por sí mismo no lo necesite ni lo demande. Esta premisa es la que ha podido condicionar que todos los teóricos que se han acercado a los estudios culturales provengan en su mayoría del campo de la filosofía, el ámbito desde el que se han defendido con más ímpetu y atacado con más ferocidad, y que legitima también a dichos autores en su discurso. No se hasta qué punto los Estudios Visuales pretenden suplantar a la filosofía en este quehacer, pero todo indica a que este es su fin.



[1] Danto, Arthur C.: “Después del fin del arte”, Ediciones piados Ibérica, Madrid, 1999, Pág.36.

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