lunes, 18 de enero de 2010

REINTERPRETACIÓN E INNOVACIÓN DEL MUSEO

El Museo actual se enfrenta a una recomposición tanto del lugar físico en el que emplaza sus obras, modificando la forma de mostrar el discurso del arte, como de su estructura virtual en la web haciéndola más atractiva e interactiva.

Los Museos de arte contemporáneo, así como otros más tradicionales, más importantes del mundo han comenzado una labor de re-estructuración de sus salas físicas dentro de los muros de ladrillo y sus salas virtuales dentro de los pixeles de la web. El modelo MOMA que se impuso tras la segunda guerra mundial, de presentación de las obras de forma lineal, se ha finiquitado. Estos cambios no son aleatorios ni caprichosos sino que responden a la lógica del mercado neo-liberal: recíclate, reinventate o muere. Como institución, el museo ha pasado de ser un lugar depositario de la cultura artística, un templo cultural, a un espacio multidisciplinar que necesita atraer visitantes para seguir justificando su existencia ante los patrocinadores y, por lo tanto, subsistiendo.


En sus salas, diferentes formas de contar lo que ya antes contaban están dominando las restructuraciones espaciales que se están llevando a cabo, por ejemplo, en nuestro "Reina Sofía", donde se pueden apreciar esculturas africanas junto a cuadros cubistas, así como películas de cine, que nos ofrecen una visión más amplia del cubismo, que deja de estar reducido a unas pinturas de tres artistas. De esta forma se enriquece la apreciación del arte, explicando las influencias de un movimiento artístico así como sus derivaciones en otras artes. Sin embargo, estos cambios corren el riesgo de quedarse en mera restructuración de lugar de una obra si no hay un proyecto expositivo fuerte detrás y una buena planificación. Por ejemplo, José Luís Brea ha criticado la restructuración del Reina Sofía como "meramente superficial". Otros museos que se han embarcado en estos proyectos de cambios son el "Centro Pompidou" de París, en la que se redistribuye toda la exposición en torno a cuatro temáticas y la "Tate Modern" de londres, que dedica una planta entera a montajes temáticos comisariados.

En internet, los museos, hasta ahora, sólo usaban la plataforma como información a usuarios o presentación de obras y fichas técnicas. Ahora, de lleno en internet 2.0 y con unos internautas cada vez más acostumbrados a descargarse ficheros, participar en concursos, etc. las webs de los museos se han vuelto más interactivas y participativas. La casa encendida de Caja Madrid, propone a través de su web, un casting para buscar artistas que participen en un proyecto interactivo. El Meiac, por su parte, ha concebido un visor (netescopio) especial para disfrutar las obras concebidas para la web (net art). El Padro, por su parte permite navegar por sus salas a través de google earth. Todas estas estrategias sirven para acercar las webs de los museos, antes rígidas y sobrias, a unos usuarios que demandan participar e interactuar. De todas formas, no debemos olvidar que nuestro país aún está lejos de la media mundial de conectividad y que todas estas transformaciones virtuales de nuestros museos son accesibles a las pocas personas que paguen mensualmente dado los costes de nuestras conexiones.

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